lunes, 16 de agosto de 2010

Portal a lo desconocido

Primera historia hecha sólo por mí !! x3
Es más bien un sueño que tuve hace dos años, pero era tan buena la trama que decidí escribirlo. Tendrá más capítulos que este n.n
Creador: Just Kakii~
Tema: Fantasía / Misterio
Aviso: ya saben.. esto es mio... no roben ideas !! ¬¬

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Capítulo 1

“Sé que mi madre aún sigue viva. No pudo haber desaparecido de la nada… habrían encontrado su cuerpo. Ella está viva... debo encontrarla.”
Vivíamos en un edificio de tres pisos que estaba entre cordones montañosos, en la cordillera. Era un edificio inhabitado, obviamente por la mala ubicación, pero a nuestros padres les agradó la vista y la tranquilidad del lugar, por lo que nos mudamos aquí.
El departamento en donde estábamos era amplio, tanto que ocupaba todo el tercer piso. Contaba con lo típico de una casa más cuatro habitaciones. De estas sólo eran utilizadas dos: mis padres dormían en una y mi hermano y yo usábamos la otra (nos llevábamos tan bien que no nos gustaba separarnos). En las restantes se encontraban cosas varias, innecesarias de mencionar.
Tanto mi padre como mi madre nos criaron, ninguna persona más. Ambos se ocupaban de los quehaceres del hogar, de jugar con nosotros y de enseñarnos la materia del colegio (ya que nunca fuimos a uno), para no quedarnos atrasados.
 Todo fue así de sencillo hasta mis 8 años, cuando mi padre retomó su antiguo trabajo. Nunca supe en qué consistía, pero sabía que conllevaba hacer largos viajes alrededor del mundo. En ese entonces lo veíamos entre 5 y 10 veces al año.
Algunos días después de que mi hermano cumpliera 11 años (yo tenía 13), le llegó a mi madre una llamada de su antiguo jefe. Éste le pedía apoyo en una expedición: necesitaba encontrar los vestigios de una civilización recién descubierta, los Desugi, localizados en el desierto del Sahara.
Ella, antes de tenernos, era arqueóloga; la mejor del país, pero dejó su trabajo para criarnos, como ya lo dije anteriormente.
Dudó mucho sobre la decisión de aceptar o no. La paga era muy buena y, además, era uno de sus múltiples sueños; pero no quería dejarnos ni a mí ni a mi hermano solos. Después de todo, nuestro padre ya no estaba ahí para cuidarnos.
Luego de mucho hablar con ella (y de decirle que lo mejor era que fuera, que nosotros ya estábamos grandes y podíamos cuidarnos solos), ella aceptó. Hizo sus maletas y al día siguiente, muy temprano en la mañana, partió hacia el aeropuerto. A pesar de que fue nuestra idea, ambos llorábamos de tristeza y sólo nos consolaba que nuestra madre iba a hacer lo que más le gustaba.

 


Tres meses después, a nuestro departamento llegó una carta dirigida a mi hermano y a mí. Decía lo siguiente:
“Estimados Catalina y León:
Espero que se encuentren bien, no me gustaría que los hijos de nuestra mejor arqueóloga estuvieran en malas condiciones.
El motivo de esta carta es para darles una muy mala noticia. Lamento informarles que hace dos semanas su madre ha estado desaparecida. Creemos que ella salió en la noche a revisar la muralla negra que encontramos (suponemos que es de los Desugi) y que la atrapó una tormenta de arena.
La hemos buscado en todos lados, hablado con el equipo de investigación y, de hecho, ahora la están buscando las fuerzas especiales. Pero nada es seguro.Les enviaré una carta en un mes más para darles los detalles de la búsqueda de su madre.Dándoles las más sinceras condolencias, se despide atentamente
Rodrigo Miranda


P.D.: también le hemos enviado una carta a su padre, no deben preocuparse por avisarle.”


Al principio nos quedamos en shock. El papel, que yacía en mis manos porque lo estaba leyendo en voz alta, cayó lentamente al suelo. Miré el vacío durante un rato y luego me volteé a ver a mi hermano; una voz en mi cabeza me decía que me preocupara por él. Al parecer él se giró al mismo tiempo que yo, por lo que nos miramos a los ojos simultáneamente. Me veía de la misma forma en que yo lo veía a él; con los ojos vacíos, sin luz.
Pasaron unos minutos y, al mismo tiempo, nos largamos a llorar. Nos abrazamos, tratando de consolar al otro, ya que sabíamos lo que la carta nos hizo sentir… pero sólo nos daba más tristeza.
“Mi madre no está muerta, ella se encuentra en otro lugar. Debemos ir a buscarla, debe sentirse sola”
Dejamos de llorar una hora después. Nuestros ojos estaban muy hinchados y nuestras ropas empapadas de lágrimas. Tal cual como estábamos, nos sentamos juntos en el sillón grande que había en el estar y nos dormimos, aún abrazados.
Fuimos despertados por el teléfono. Pensamos que tal vez era una noticia de nuestra madre y corrimos con una pequeña llama de esperanza. Rápidamente contestamos, apretando el botón de altavoz para que ambos pudiéramos escuchar bien.
Se rompió una parte de nuestros corazones al reconocer a nuestro padre. Se escuchaba muy triste, con la voz quebrada y gangosa, seguramente le ocurrió lo mismo que a nosotros. Lloramos en silencio todos juntos durante unos minutos y, luego de habernos calmado lo suficiente como para hablar de corrido, retomamos la conversación.
Él no nos dijo mucho. Nos contó un poco sobre cómo le había ido en su trabajo (hace cinco meses que él no había vuelto) y nos avisó que no podría llegar en un tiempo más al departamento. Al parecer su trabajo se había complicado y debía quedarse en donde estaba, Roma, por dos meses más. Además, quería ir a ver el lugar donde nuestra madre había desaparecido y tratar de buscarla, lo que le agregaba otros dos meses a su retraso. No dijo nada más. Nos despedimos de él y cortamos el teléfono.
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Gracias por leer !!
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Saludos ! :B

1 comentario:

  1. va buena la historia, estoy esperando el resto. Cuando lo escriben??

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